Cuerda de la Serrata. Caravaca de la Cruz. Murcia |
El parto de los montes
de Félix María Samaniego
Con varios ademanes horrorosos
Los montes de parir dieron señales;
Consintieron los hombres temerosos
Ver nacer los abortos más fatales.
Después que con bramidos espantosos
Infundieron pavor a los mortales,
Estos montes, que al mundo estremecieron,
Un ratoncillo fue lo que parieron.
Hay autores que en voces misteriosas
Estilo fanfarrón y campanudo
Nos anuncian ideas portentosas;
Pero suele a menudo
Ser el gran parto de su pensamiento,
Después de tanto ruido sólo viento.
Partos en el monte |
Sirva esta fábula para ilustrar los miedos que muchos se empeñan en infundirnos cuando se embarcan en campaña electoral, tomándonos por lo que no somos, aunque a veces nos empeñemos en parecerlo: bobalicones.
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