Condenan a un bar a pagar 6.000 euros porque una silla no aguantó el peso de un cliente.
El tribunal considera que las patas de la silla deben de tener la
suficiente resistencia "para aguantar el peso de cualquier persona".
LD | AGENCIAS 2012-05-14
La sentencia, a la que ha tenido
acceso Efe, indica que un juzgado de Primera Instancia de Totana desestimó la
demanda que presentó el accidentado y exoneró de toda culpa al establecimiento,
resolución que fue apelada por el herido ante la Audiencia Provincial.
Andrés Pacheco Guevara. Magistrado |
Este tribunal, del que ha sido
ponente el presidente de la
Audiencia , Andrés Pacheco, indica que "no puede negarse
la inadecuación de la silla que se rompió a su destino normal, consistente en
soportar el peso de cualquier persona, resultando realmente inasumible que se
exculpe a quienes disponían de esa silla en atención al peso, por elevado que
fuese, del cliente".
Añade que "al originarse el
desplome de las patas de una silla ha de inferirse que la misma era tan débil
que la convertía en inútil, o que su estado de conservación era ya inadecuado a
la resistencia exigida".
La sentencia afirma también que
"resulta lamentable que desde el día 13 de octubre de 2005, en que acaeció
el siniestro origen de la demanda, el lesionado siga esperando la satisfacción
de la indemnización por sus perjuicios físicos que justamente reclama".
Al bueno de D. Andrés, magistrado
de pro, le ha perdido el subconsciente y se ha visto reflejado en el fulano que
se desparramó por el suelo después de crujir su silla. Y es que D. Andrés está
un tanto llenito y a buen seguro se ha puesto en el lugar de todos aquellos que
ponemos a prueba las endebles sillas que en muchos lugares ofrecen a nuestras
posaderas.
Yo he tenido la desgracia de
cascar un par de sillas en mi vida, con el consiguiente batacazo y cachondeo
general, amén de cierto sentimiento de
culpa por cargarme la propiedad ajena. A partir de ahora, nada de
culpabilidades, y pobre de la silla que ose romperse cuando la ponga a prueba con
mi peso, que se las tendrá que ver conmigo y con D. Andrés.