jueves, 3 de noviembre de 2011

Demetrio el Ukrañano


Cada poste, cada farola, cada semáforo y hasta cada árbol cuentan a diario pequeñas historias que a menudo pasan desapercibidas a los viandantes. Alquileres de pisos, ventas de gangas, habitaciones compartidas, ofertas laborales, búsquedas de trabajo... ¡Hasta pastelerías!

Esta historia semafórica que traigo hoy tiene su aquél, porque el amigo Demetrio, en correctísimo castellano, da a conocer sus habilidades laborales y al mismo tiempo sus conocimientos de marketing, al diseñar dos modelos de anuncio en los que busca atraer la mirada del transeúnte e incluso facilitar la consulta, como sucede con el vertical, que no obliga a rodear el semáforo para leerlo cómodamente.


El amigo Demetrio está en todo: facilita al potencial cliente dos números de teléfono por si se le colapsan las líneas y no contento con ello, se presenta como "ukrañano" en un claro guiño de integración a nuestra cultura y nuestro idioma en los que la "ñ" constituye hecho diferencial.

Listo Demetrio, ¿Que más da cambiar Ukraine y ukrainian por Ukraña y ukrañano, adoptando un símbolo del país de acogida, la “ñ”, sin perder la identidad del país de origen al mantener la “k”, si así consigue los clientes que ansía?

De este modo, como sin queriendo, el amigo Demetrio contribuye al hermanamiento de los pueblos con un guiño gramatical que demuestra una deferencia hacia el país que le acoge muy de agradecer.

Si fuera persona mayor, que no lo soy, no me importaría que me cuidara.