domingo, 25 de marzo de 2012

El Mandarino

Mandarino

Cosas que pasan.

Cuando le preguntas a tus amigos por si quieren un naranjo estupendo, y estos imaginan contigo la estupenda cosecha futura, y le buscan un sitio de honor en su jardín, y después hacen un hoyo a medida en todo el centro del parterre, atravesando capas y capas de terreno hasta casi llegar a la litosfera profunda, y vas y desenvuelves el arbolíco para introducirlo en el real sitio, y previo al acto lo despojas de su carnet fitosanitario.

Cosas que pasan; resulta que el naranjo es mandarino y todo el esquema mental de las hermosas naranjas se trunca por el de mandarinas sabrosas. Ahí descubres el temple de tus amigos: las mandarinas también nos gustan, ¡al hoyo con él! Y en el hoyo acaba el mandarino junto con el pequeño sofoco de haber colado, involuntaria e inocentemente, claro, gato por liebre.

Sólo espero y deseo una producción futura de exquisitas mandarinas que hagan olvidar al naranjo que no fue. Mientras tanto, y en la espera, zanganeando por su jardín, pude hacer fotos de algunos seres vivos que por él se me cruzaron y que les dedico, a mis amigos, en desagravio.


Florecilla

Alas de cristal

Simba