CENTRALES NUCLEARES
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España recoge una estadística realizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de agosto 2010, según la cual en el mundo hay un total de 434 centrales nucleares, de las cuales en Estados Unidos hay 104 y en Japón 55, los que más tienen; pero es que en la Vieja Europa hay 180, de las que 32 corresponden a Rusia y nada menos que 58 a nuestros vecinos franceses, frente a las 8 que tenemos en España.
Es decir, que a la hora de un cataclismo nuclear provocado por una central francesa, los españoles tenemos todas las papeletas de que nos llegue el tufillo radioactivo y mientras tanto ellos producen energía abundante, barata y segura (de momento) y nos la venden a nosotros que por cuidar el paisaje, el medio ambiente y el ecologismo de salón, somos incapaces de autoabastecernos y dependemos energéticamente del vecindario mucho más de lo que sería deseable.
ARMAS ATOMICAS
Estimación de cabezas nucleares en total (fuera de servicio: guardadas o parcialmente desmanteladas) 20.886
Estimación de cabezas nucleares activas: 10.293
Estimación de cabezas nucleares activas: 10.293
Estos números son estimaciones del Concilio de Defensa de los Recursos Naturales, publicado en el Boletín de los Científicos Atómicos.
La potencia estándar media por cabeza nuclear es de un megatón, suficiente para liquidar una ciudad, pero las hay de 10, de 20 y pueden llegar a los 100 megatones. La bomba de Hiroshima, era de tan solo 0'015 megatones y causó más de 120.000 bajas. Sin tener que hacer muchas cuentas y estimando a la baja un megatón por cabeza nuclear activa, tendríamos la friolera de 10.293 megatones, que serían más que suficientes para liquidar a todo bicho viviente en la Madre Tierra por los siglos de los siglos.
¿Y a qué viene esto? Pues viene a cuento del terremoto-tsunami que además de traquetear de mala manera al Japón, le ha descuajaringado una de las 55 centrales nucleares que tiene en su territorio y ha encendido todas las alarmas nucleares y antinucleares en el mundo mundial, provocando de rebote un empacho masivo de pastillas de yodo y de sal yodada, que ya se ha llevado “pa´lante” algún desgraciado.
Y viene a cuento de los cientos de silos desperdigados por las geografías de los países atómicos y por los mares de todos los demás, cuajaditos de cabezas nucleares apuntando convenientemente al cogote de los supuestos enemigos y de los que no se ha hecho ni mención durante la crisis nuclear.
¿Y si el terremoto-tsunami hubiera afectado a alguno de estos almacenes nucleares, o hubiera revolcado en los procelosos océanos algún submarino nuclear preñado de pepinos atómicos?
Hoy por hoy, al contrario de los artefactos nucleares de destrucción masiva, las centrales nucleares justifican su existencia ya que aún no hay alternativas viables para producir energía en cantidad y a un coste inferior o al menos comparable, con la nuclear. ¿Qué hay riesgos? Como en todo, o ¿es que no naufragan petroleros o se van a pique plataformas petrolíferas organizando mareas negras de aquí te espero?
Es el precio del progreso, que nos permite a todos, incluso a los que se manifiestan al grito de ¡Nucleares, no gracias!, subir en ascensor hasta nuestra casa, pulsar el interruptor de la luz, darnos una duchita de agua caliente para aliviar el estrés de la manifestación, darle caña al microondas para la cena y repantingarnos delante del “plasma” para ver en las noticias lo bien que ha quedado la “mani” y lo comprometidos que estamos con la energía limpia ¡cuanta hipocresía!
Si hay que quejarse de lo nuclear, y no digo que no, empecemos por alzar la voz contra el tremendo despliegue de armas atómicas que nos tiene viviendo de prestado en este Planeta Azul, y cuando consigamos que desaparezcan, planteémonos como queremos el futuro de nuestros hijos y la calidad de vida que les dejaremos, y si la decisión es volver al tiro de caballos, la rueca y el candil, acabemos con la energía nuclear y las derivadas de los combustibles fósiles (petroleo, gas y carbón) y apostemos por la hidráulica, eólica, fotovoltaica, solar o la que inventen en el futuro, que seguro satisfarán muchas comodidades, pero por supuesto, muchísimas menos de las que ahora disfrutamos.
Fotos y datos: Internet