Los Ingenieros de Caminos celebraron su tradicional cena navideña de hermandad en el hotel Nelva, este año también, a pesar de todas las dificultades de un año convulso para la profesión, los de Caminos se reunieron de nuevo respondiendo con generosidad a la convocatoria colegial. Una ocasión, junto con la festividad de Santo Domingo de la Calzada, para compartir una agradable velada, mantel por medio, con los compañeros de profesión, reviviendo anécdotas y recuerdos, y dando la bienvenida a los nuevos ingenieros, en muchos casos, los últimos antes de que Bolonia atomice las antiguas profesiones para reconvertir la enseñanza a los tiempos venideros.
Este año la cena de Navidad ha resultado especial por distintas circunstancias, un nuevo decano tomó las riendas del Colegio hace apenas ocho meses, se honró a los más antiguos de la profesión en la Región, se dio con humor la bienvenida a los nuevos colegiados, y sorpresivamente, ante el desconcierto de los protagonistas, se reconoció el buen hacer durante años al servicio de la Demarcación, a su secretario, Emilio, alma mater, confesor y conseguidor, todo en uno y a su mano derecha, Mª Carmen, quienes durante los últimos 25 años le han puesto cara al Colegio de Ingenieros de Caminos en Murcia. Ellos que todo lo saben, desconcertados por la sorpresa recibida y con la emoción del momento, pasaron un agradable sofoco entre los aplausos de los asistentes.
Pero con todo, hubo algo más que hizo especial la noche para mí; en la mesa que compartía con mis compañeros de trabajo en la Demarcación quedaban tres sitios libres, y de la mano de Daniel, tres jóvenes personajes completaron nuestro grupo. Juan y Sergio recién terminada la carrera e Irene por finalizar el proyecto. Hablamos de sus estudios, de sus experiencias Erasmus, de sus expectativas laborales, de su preocupación por el futuro cercano, de sus ilusiones.
Tres chicos encantadores, educados, inteligentes y preparados, y no se habla de ellos en los noticiarios, ni en los periódicos ni tan siquiera en los programas televisivos de audiencias millonarias ¿Porqué?, en todos los medios siempre hay cabida para los jóvenes tambaleantes y chillones esparcidos entre botellas por parques y jardines, también la hay para los cafres que aprovechan la menor escusa para destrozar todo lo que encuentran a su paso, con sus apellidos de okupas, antisistema, kale borroka, hooligans, bandas extremistas o latinas; sin olvidar los realitys televisivos dedicados a los ni-nis, a descerebrados hedonistas o a tarados sociales. Ni una palabra de los cientos de jóvenes como Irene, Sergio y Juan, educados, responsables, estudiosos, trabajadores, respetuosos, que en su anonimato se preparan para dirigir nuestro destino en el futuro y que constituyen la esperanza de nuestra sociedad.
Pero están ahí y son muchos, no hacen ruido, no tienen afán de protagonismo, van llegando y buscan su sitio, hoy los recibimos con calor y los arropamos con cariño, les ayudamos en sus primeros pasos y ellos superando las crisis presentes y futuras, nos devolverán una sociedad mejor y más justa. Entiendo lo suficiente de poker para saber que un Trío de Ases es una jugada ganadora y estoy seguro de que estos jóvenes ganarán la partida final.
Tres chicos encantadores, educados, inteligentes y preparados, y no se habla de ellos en los noticiarios, ni en los periódicos ni tan siquiera en los programas televisivos de audiencias millonarias ¿Porqué?, en todos los medios siempre hay cabida para los jóvenes tambaleantes y chillones esparcidos entre botellas por parques y jardines, también la hay para los cafres que aprovechan la menor escusa para destrozar todo lo que encuentran a su paso, con sus apellidos de okupas, antisistema, kale borroka, hooligans, bandas extremistas o latinas; sin olvidar los realitys televisivos dedicados a los ni-nis, a descerebrados hedonistas o a tarados sociales. Ni una palabra de los cientos de jóvenes como Irene, Sergio y Juan, educados, responsables, estudiosos, trabajadores, respetuosos, que en su anonimato se preparan para dirigir nuestro destino en el futuro y que constituyen la esperanza de nuestra sociedad.
Pero están ahí y son muchos, no hacen ruido, no tienen afán de protagonismo, van llegando y buscan su sitio, hoy los recibimos con calor y los arropamos con cariño, les ayudamos en sus primeros pasos y ellos superando las crisis presentes y futuras, nos devolverán una sociedad mejor y más justa. Entiendo lo suficiente de poker para saber que un Trío de Ases es una jugada ganadora y estoy seguro de que estos jóvenes ganarán la partida final.