viernes, 24 de diciembre de 2010

Preparativos

Esta noche nace el Niño, es Nochebuena. Por la mañana, villancicos de los de siempre para ir entrando en ambiente, desayuno rápido y últimas compras apresuradas para preparar la celebración; esta vez somos pocos, solo cuatro, tampoco eran muchos hace dos mil y pico de años en Belén y se apañaron. A Blanca la recibimos ayer como al turrón que siempre vuelve por Navidad, aunque ella solo faltaba quince días. Para la comida ha habido consenso, unos aperitivillos y pasta, pensando en la cena y dejar hueco.

La tarde relajada, una americanada navideña por la tele y más villancicos; a media tarde comienzan a calentarse motores, los fogones se encienden y el aroma del solomillo con base de zanahoria, receta de la suegra sabia y que cocina Marián, se expande por toda la casa, del brazo de los pastores, las zambombas y demás personal navideño.

Otro paso importante, el montaje de la mesa en el salón; el mantel de Damasco, azul con sus servilletas a juego, la vajilla de las ocasiones, también azul con escenas campestres, la cubertería del filo dorado con todas sus piezas alineadas marcialmente alrededor de los platos, copas para todos y la vela en el centro.

Llegada la hora de engalanarse,  cobra protagonismo el calentador que decide pararse, momento de agobio, ya empezamos como la última. Manual de instrucciones, aviso de avería "F2": "Atasco parcial o total del tubo de evacuación de gases o de la chimenea". ¿Se habrá colado un pájaro huyendo del frío?, escalera y golpes enérgicos en el tubo por si el atasco, ahí no hay nada; manual de instrucciones de nuevo: "Compruebe si en el lugar en que está instalado el aparato hay suficiente ventilación"  ¡Tate! Va a ser eso, las ventanas de la galería están cerradas a cal y canto; las abrimos, ventilamos, y tras un minuto volvemos a intentarlo. ¡Bluff! llama azul, prueba superada.

La cena va tomando forma, la sopa de menudillos huele a gloria, suena Noche de Paz, el solomillo también se hace notar; llega la hora de los aperitivos. El cuchillo afilado, el jamón a punto, esta vez sí conseguiré preparar un plato decente, el queso y los patés, van cogiendo sitio en la mesa y una docena de gambones reclaman un buen lugar al lado del jamón. Ahora le toca el turno a Campana sobre Campana, redobla el trajín, nos vamos poniendo guapos, esta noche nace el Niño y lo vamos a recibir como Dios manda, en Paz y con Alegría. Hoy damos gracias por todo lo que hemos recibido durante el año.

Apresurémonos, se acabaron los preparativos, como cuatro pincelicos nos sentamos a la mesa, daremos gracias al Señor y disfrutaremos la Nochebuena. ¡Feliz Navidad!