La tienda del espía |
Desde que el mundo es mundo existen los espías. Las guerras se han ganado y se han perdido por su intervención; las fortunas han crecido o han desaparecido con su mediación; cuando los canales formales de información no sirven, ahí están los espías para completar el trabajo; las empresas que compiten por la supremacía de sus productos en el mercado, con una mano utilizan el marketing y con la otra pagan para conseguir información esencial de sus competidores y así obtener ventaja sobre ellos.
Dependiendo del campo de actuación, hablamos de espías o de detectives; en las relaciones internacionales de los países, lo que se lleva son los espías y sus archiconocidas agencias: la CIA, el MOSSAD, el MI-6, el KGB, etc, protagonistas de tantas y tantas películas y series televisivas. Entre mis espías favoritos, Aline Griffith, condesa viuda de Romanones por el glamour y James Bond 007 por su longevidad y su vodka martini, agitado, no revuelto.
Los detectives o investigadores privados son los espías de andar por casa, Colombo, Miss Marple, Sherlok Holmes, el inspector Clouseau, Hercules Poirot, todos ellos de ficción, han creado en nuestra mente el estereotipo del detective que asociamos a la actividad de estos profesionales de la investigación.
La policía tiene sus propios detectives, aunque los ciudadanos que quieren ponerse al día de engaños o infidelidades, buscar a personas desaparecidas por su voluntad o forzadas, investigar fraudes o falsificaciones, recurren a los detectives privados de toda la vida y para estos, como para cualquier profesional que se precie, existen comercios especializados en surtirles de todos los efectos necesarios para el ejercicio de sus actividades.
Y que mejor lugar donde acudir para equiparse en condiciones, que a la Factoría Espía.com y hacerse con unos cuantos artilugios de vigilancia para vigilar lo que puedas, como puedas, donde puedas, a quién puedas y cuando puedas.