Ese es el nombre que los jugadores le dan al número 13. Siendo el tradicional número de la mala suerte, tiene un buen nombre para compensar. Cuando fui a cambiar el reintegro de unos décimos del sorteo de Navidad que jugamos en equipo, por otros para el del Niño, no pedí un número concreto y me dieron uno terminado en 13. Tentado estuve que me lo cambiaran por otro menos "desgraciao"; no lo hice, ya había salido un 13 en el sorteo de Navidad y me lo quedé.
Y el Gordo del Niño ha caído en el 70.013, así que pillamos la terminación y una pequeña alegría, que seguro es premonitoria de que este año, del que poco bueno esperamos, al final, será estupendo y cumpliremos con creces nuestros deseos, eso sí, habremos de poner nuestro granito de arena siendo positivos y esperando siempre lo mejor para que se hagan realidad.
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