Los bichos no posan como el resto del mundo, se ponen donde quieren, como quieren y lo que es peor, el tiempo que quieren (eso claro, cuando te dan el gusto de pararse lo suficientemente cerca), esto le da una pizca de emoción y un mucho de frustración al intento de retrato del animalejo en cuestión. También cuenta, y mucho, el equipo de retratar, normalmente no lo suficientemente potente y sofisticado como le gustaría al retratista.
Tras estas vanas excusas, traigo aquí tres adquisiciones recientes de mariposas ibéricas. Por orden cronológico de adquisición, empezaré por una Euchloe ausonia, también conocida como Blanca meridional, alimentándose tranquilamente este verano.
Las siguientes adquisiciones tuvieron lugar el mismo día (buena caza), ambas estaban un poco tocadas de cola y les faltaba parte del timón de vuelo, señal de que ya estaban maduritas y hartas de revolotear. La primera, una Papilio machaon, o Macaon a secas, estuvo posando amablemente durante un buen rato, así que no había escusa para sacarla en condiciones ¡Lástima de la cola mutilada y del fondo poco propicio!
La última, una Iphiclides podalirius feisthamelii, o como queda más familiar y según la zona, Podalirio o chupaleche, no fue tan paciente, estaba más nerviosa y no paraba de alzar el vuelo y posarse; en una de esas pude hacerle un par de fotos y en seguida otra vez a volar. Fue su último vuelo; mientras yo estaba entretenido con las mariposas, una bandada de abejarucos sobrevolaba el Cerro alrededor del Santo y en un instante oí un zumbido seguido de un chasquido a estribor y por el rabillo del ojo tuve conciencia del vuelo de uno de aquellos espabilados con la mariposa en el pico. No somos nadie debió pensar la chupaleche (si le dio tiempo, claro)
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