Empezamos como Americanos y acabamos como Españoles.
Me ha contado Marián porqué a principios de diciembre nuestras calles se cuajan de luces, aunque falten más de 20 días para celebrar la Navidad. Resulta que los yanquis celebran como día grande el Thanksgiving´s Day o Día de Acción de Gracias, el cuarto jueves de noviembre (este año ha caído en 25), fiesta nacional instaurada en 1789, en recuerdo de los primeros peregrinos en llegar a Norteamérica. Ese día, se ponen tibios de pavo relleno y pastel de nueces y calabazas, y al día siguiente, al que llaman "viernes negro", los escaparates engalanados, los adornos y las luminarias navideñas, redecoran las ciudades y se abre la veda a la compra compulsiva de regalos navideños.
Y claro, ¿Quien mejor que el Corte "Inglés", para importar a nuestro calendario festero tan consumistas costumbres? Ellos dan el pistoletazo de salida y como causa-efecto, el Ayuntamiento pulsa el interruptor de la iluminación navideña, dando por iniciada la Navidad a la Americana.
Cuando ayer vi la decoración que este año ha utilizado el Corty, la primera impresión fue que la crisis también ha llegado a sus presupuestos decorativos, con unos tristes copos de nieve luminosos diseminados por la fachada, que dejan una pobre impresión, comparados con las fastuosas luminarias, Nacimiento incluido, de otras ocasiones.
Después pensé en lo políticamente correcto y caí en la cuenta de que el Corty, como prototipo que es del pujante empresariado español, siempre a la cabeza y creando tendencias, ha despedido a San José y su Familia, para no ser tachado de reaccionario y se resienta su negocio, que al fin y a la postre es vender y vender. Así que se acabó el Nacimiento, aunque seguro que lo han guardado por si cambian las tornas en el futuro.
Y con las luces comienza la campaña a la Americana, nos lanzamos a la calle en busca de los regalos navideños, con la vista puesta en Santa Claus o Papa Noel, que como son más gordos y más grandes, desplazarán con sus regalos al Niño Jesús en la Nochebuena y se plantarán en nuestras casas el Día de Navidad haciéndose hueco en el Belén familiar.
Cuando los yanquis concluyen su Navidad en Fin de Año, a la campaña Española, que se solapó con la Americana a partir del 22 de diciembre con el Sorteo de Navidad (que es cuando empieza la nuestra), aún le queda cuerda para otra semana más, adelgazando nuestras ya más que depauperadas arcas con ocasión del Dia de Reyes y la visita de los Tres Magos de Oriente, que como vienen de donde vienen, todavía son políticamente correctos y además generan pingües beneficios a sus patrocinadores.
¡Pobre Niño Jesús, se nos ha quedado fuera del circuito comercial!
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