Hace un par de semanas, mi primo guasón me mandó un sms, o correo, pidiéndome la receta del Pulpo a la Murciana, cosa que yo no tenía idea de que existiera, por lo que me hice el distraido. Ante su posterior insistencia, le endilgué un recetario de postres de chocolate para chuparse los dedos.
El muy desagradecido, no solo no supo apreciar los postres, sino que intentó hacer escarnio de mi incompetencia culinaria. Y por ahí no paso. Tras pedirle explicaciones y enterarme que lo que quería era hacer pulpo al horno de ese que se vende por trozos (nada baratos por cierto), en todos los bares de Murcia, me puse manos a la obra y le conseguí dos recetas que en lo único que se parecían era en el Pulpo.
Para continuar con mi desquite, interrogué a nuestra colaboradora necesaria en casa, quien me proporcionó la receta que a continuación transcribo y que a su vez ha obtenido de un bar donde les sale especial. Por supuesto, no me hago responsable de los resultados, como tampoco a mis informadores, pues ya se sabe que cada cual interpreta las cantidades y las medidas a su antojo y luego pasa lo que pasa (Que le pregunten al archiconocido Pavo al Güisqui)
Ingredientes y preparación:
Un pulpo congelado de un kilo aproximado (Los pulpos para eso del peso son muy suyos)
Si es posible que sea de origen marroquí, (que los tienen mejor enseñados)
Limpiar y quitar de la cabeza la piel y todo lo que sobre ...
Con la maza del mortero (o similar) sacudirle con entusiasmo al pulpo en las ventosas para chafarle los nervios (por si le quedaba alguno una vez cazado, congelado y descabezado)
Poner el pulpo, una vez tranquilo del todo, en una olla, con una cebolla (a elegir el tipo), con una hoja de laurel (de regular tamaño), dos bolas de pimienta (del tamaño de dos bolas de pimienta) y un chorro de coñac (se supone, al gusto del usuario)
Cocer en su ser mismo durante media hora (no se añade agua), con una potencia de fuego adecuada a la cocción, esto es, que se cueza.
Precalentar el horno a 180º de temperatura antes de poner en una llanda, o bandeja (a ser posible de aluminio) a nuestro amigo convenientemente cocido, con el caldo y el resto de ingredientes, durante un periodo de 20 minutos.
Para servirlo, trocear en porciones adecuadas a las bocas de los comensales, y aliñar con un poco de pimienta negra en polvo y limón, o no, o unos trozos sí y otros no al gusto de cada cual.
Foto: Internet
1 comentario:
Me corroe una duda: y, si en vez de dar una paliza al pulpo, ¿no sería más práctico introducirlo en la lavadora -sin calcetines, ni nada- y darle un buen centrifugado?
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