El mundo es una bola más o menos redonda que deambula por el sistema solar según unas pautas preestablecidas que realmente no le importan a casi nadie, mientras se siga haciendo de día y de noche con regularidad y las estaciones se sucedan con cierta coherencia.
Aquí de lo que realmente nos preocupamos es de vivir lo mejor posible y para ello es interesante saber si hemos tenido suerte en el reparto de oportunidades. Podemos hacer una serie de subdivisiones del Mundo para ubicarnos; la que no falla es la de dividir el mundo en dos mitades, porque está claro que si no estamos en una, estaremos en la otra, pero ¿qué clase de mitades?
Geográficamente podemos dividir el Mundo en Norte y Sur, o en Este y Oeste. Económicamente, tenemos a la mitad Rica (pequeña) y a la mitad Pobre (muy, muy grande); estas mitades están íntimamente relacionadas con la mitad Desarrollada, también conocida como Primer Mundo y la mitad Subdesarrollada, conocida como Tercer Mundo, quizá porque es mucho más amplio que el anterior.
A pesar de las muchas crisis que nos acosan, a pesar del paro, a pesar de nuestros gobernantes, y a pesar de los pesares, estoy absolutamente seguro de que el 99,9% de los que formamos parte del Primer Mundo, Rico y Desarrollado preferimos quedarnos en él y en todo caso, visitar a la otra mitad solo para hacer turismo.
La prueba irrefutable de que nuestra mitad es la más apetecible de las dos, es que la mayoría de los que vienen de la otra mitad del Mundo, pretenden quedarse en esta, aunque sea para disfrutar de las crisis, del paro y de nuestros gobernantes, ¿por qué? sencillamente, porque han podido comparar ambas mitades y esta les gusta más.
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