lunes, 19 de diciembre de 2011

El rebaño


Al caer la tarde, el rebaño regresa a los corrales siguiendo a su jefe natural, el pastor. Mientras tanto, el perro ovejero  corretea a su alrededor atento a las órdenes que recibe,  agrupando el ganado, solícito e incansable.

Los pastores son gente muy especial, duros y correosos, pacientes y observadores, tranquilos y prudentes. Pasan la mayor parte de su jornada en el campo, a la intemperie, con sus animales, rumiando en su interior, en sus cosas. Con frío, a veces mucho, mucho frío, o con calor, también a veces, mucho calor, salen con sus animales a la búsqueda del escaso pasto, o de las cosechas perdidas por las heladas.

Sus perros son sus mejores amigos, con una mirada o un silbido se entienden a la perfección; no son perros bonitos, no harían carrera en un concurso canino, pero conocen su oficio y para sus dueños valen infinitamente más que un can de exposición. 

Todos ellos, ovejas, perros y pastor forman el conjunto perfecto, cada uno con su función, se mueven con orden y concierto, como una orquesta bien afinada, cuyo director no necesita batuta, si acaso una voz y alguna piedra bien dirigida, pone a cada artista en situación, y así, todos los días se representa la misma función por esos campos de Dios.

2 comentarios:

Juan Guillamón dijo...

De este conjunto tan perfecto, me inclino por el perro. Pero volviendo a lo mio, dime que impedimento hay para incluir en nuestro bestiario eso de 'por sentencia judicial' o 'por mandato legal'.

Margil.Dibo dijo...

No veo por qué no ha de poder utilizarse esa fórmula cuando los padres de la Patria la usan para acatar la Constitución en el Congreso y en el Senado. Así que utilizar aquello de: "Por imperativo legal" o similar, no ha de ofender a nadie. (Siempre que se sea demócrata hasta las cachas, claro)