La colada |
Pobre pero limpio, pensará el sujeto tocado de multicolor guirnalda, mientras se esfuerza en
colgar de uno de los señoriales llamadores de la puerta de la Casa Consistorial alicantina,
al solecito, los pantalones recién lavados en la fuente a su espalda.
Por la cinturilla, de una
pernera, de la otra, pillándolos con el llamador;
de todas formas ensaya y en todas
fracasa.
No ceja en su empeño,
los pantalones están mojados y no
tiene otro entretenimiento.
Porfía y porfía.
Al fin, lo consigue.
Un trago de vino y al banco a
esperar.
1 comentario:
¿Es ésta la que llaman Puerta de San Juan, en la plaza de Belluga.
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