viernes, 29 de julio de 2011

La Cueva Negra y la Cueva del Rey Moro

Cueva del Rey Moro en el Estrecho del río Quipar. La Encarnación, Caravaca de la Cruz. Murcia
El fuego nació en Cueva Negra rezaba el titular de la noticia en el diario La Verdad, y según parece, las cenizas encontradas en el yacimiento de Caravaca de la Cruz son las más antiguas de Europa. El balance de las últimas excavaciones en La Encarnación prueba la utilización de las llamas por los homínidos.

La Cueva Negra del Estrecho del Río Quipar abre a 780 metros encima del nivel del mar y 40 encima del río Quipar. Se trata de un abrigo natural bajo un acantilado al pie de la ladera septentrional de la sierra. La boca tiene una anchura de 12 metros y el abrigo se extiende por 12 metros adentro.

El 'Homo Heidelbergensis' hacía grandes fogatas para combatir el frío en Cueva Negra.

La hipótesis sostiene que los homínidos ('Homo Heidelbergensis') que poblaron Cueva Negra durante el Pleistoceno Antiguo, hace aproximadamente 800.000 y 900.000 años, utilizaron el fuego como herramienta para calentarse y protegerse del frío.

Ésa es una de las conclusiones a las que ha llegado Michael Walker, director de los trabajos realizados en el Estrecho del río Quípar durante la vigésimo segunda campaña de excavaciones paleoantropológicas y arqueológicas en el yacimiento de La Encarnación, en Caravaca de la Cruz, y que ayer presentó balance de los avances que se han llevado a cabo en la zona este mes de julio.

Río Quipar a su paso bajo la Cueva Negra
Sin embargo, esta hipótesis también abre otros muchos interrogantes, como por ejemplo si se trata de un fuego producido de forma intencionada o no. Para el profesor británico Michael Walker, es verosímil que el hombre pudiera causar el fuego, aunque también podría haber aprovechado una combustión externa y haberla trasladado hasta la cueva, al estilo de lo que el director francés Jean Jacques Annaud narró en su película 'En busca del fuego'. No está claro, pero de lo que no hay duda es que quienes poblaron Cueva Negra son, hasta el momento, los primeros homínidos, dentro del marco europeo, que hicieron un uso del fuego, uno de los avances más importantes para la evolución.

Las conclusiones extraídas del trabajo realizado en esta campaña de excavación se basan en el hallazgo de restos de ceniza y huesos calcinados en el interior de la cueva, concretamente en una capa muy profunda, a 5 metros de la superficie, una zona de difícil acceso, por lo que se descarta que los restos encontrados puedan provenir de algún incendio forestal.

En definitiva, un hallazgo que confirmaría la evidencia más antigua de la presencia de fuego en yacimientos paleolíticos fuera de África. «Las raíces de la humanidad de nuestro continente pueden estar en Cueva Negra», asegura Walker. Pero la importancia del yacimiento de La Encarnación radica no sólo en lo que ya se ha encontrado sino también entre lo que esconde el subsuelo, ya que tan solo se ha trabajado sobre un perímetro de 20 a 25 metros cuadrados, una porción mínima de las dimensiones totales del yacimiento.

¿Y porqué traigo aquí esta noticia? Por casualidades de la vida. Resulta que el pasado 3 de julio, domingo por más señas, nos calzamos las botas de monte y a bordo de nuestro veterano SJ-413 nos fuimos a La Encarnación para echarle un vistazo a la Cueva del Rey Moro que se anuncia en unos carteles junto a otros del L.I.C. (Lugar de interés comunitario) Río Quipar.

Río Quipar
El lugar está formado por una garganta que encajona el río Quípar en parte de su recorrido, por dos laderas, una agreste y llena de vegetación, con multitud de cavidades y la otra más suave y desnuda. En el inicio de una senda que partía del río había varios coches aparcados y entre ellos un todo terreno de la Universidad de Murcia. ¡Ya están aprovechando los medios públicos para irse de weekend! Mal pensado que es uno, lo cierto es que a una cierta altura en la ladera agreste se veía movimiento y unos palitroques cruzados a modo de vivac daban a entender que algo se cocía en las alturas, eso, junto con una bomba de agua semioculta junto a un motorcillo entre las cañas y una gruesa goma que se perdía ladera arriba, me dio que pensar en ocupaciones más serias que la de una barbacoa dominguera entre amiguetes.

Río Quipar
Sin conseguir averiguar el propósito de tanto despliegue, paseamos por aquel paraje más propio de otras latitudes, intentando localizar la cueva del Rey Lobo de Murcia, (Aliado de Castilla 1157-1172) -Mohammed ibn Ahmed ibn Saad ibn Mardanisch, llamado por las crónicas cristianas con el nombre de rey Lobo (Lope), en recuerdo de sus orígenes cristianos, pues era miembro de una aristocrática familia de muladíes (cristianos que se convirtieron al Islam en el siglo VIII)-, y porque su madre a la hora de llamarle para comer, abreviaba con el nombre o acababa de llamarlo a la hora de la cena.

Más cosas sobre el Rey Lobo o Rey Moro en estos enlaces: Rey Lobo de Murcia 
Cueva del Rey Moro
Tejón europeo o Tasugo (meles meles)
Además de la frondosa vegetación, el rumorcillo del agua entre las piedras y el calorcillo de una mañana de julio, también hubo lugar para un hallazgo inesperado: nada menos que un tejón difunto se cruzó en nuestro camino (bueno, nos cruzamos con él, porque estaba tieso el pobre), posiblemente habitaba en algún recoveco de la cueva Negra, en las inmediaciones del despliegue arqueopaleoantropológico y en su huida habría tropezado con uno de los vehículos de los exploradores, que lo mandaron en directo al otro barrio. ¡Peajes que se pagan por el adelanto de la ciencia! Pero, ¿qué es un humilde tejón, ante el descubrimiento de que hace 900.000 años, ya se dejaban nuestros antepasados las cenizas sin recoger después de guisar? En fin, una víctima inocente que me recordó, no sé por qué, al tejón cazafrutas de la primera película de las Crónicas de Narnia: “El León, la Bruja y el Armario”.

Información sobre los tejones, aquí: El tejón español

Cardo... borriquero
Con tantos alicientes, ¿quién no se anima a darse una vuelta por La Encarnación en Caravaca de la Cruz, en busca de la Cueva Negra y la Cueva del Rey Lobo, e impregnarse de historia antigua, de la buena, y toparse con un tejón o una familia de nutrias, mientras se disfruta de una paraje encantador?

Este enlace de Google Earth nos lleva volando: LIC Rio Quipar

1 comentario:

ATerrer dijo...

Este paraje debe ser interesante de visitar en otoño, apúntame.