Zapatero y Gadafi en la "III Cumbre U.E.-Africa". Tripoli. Libia. 29 de noviembre de 2010 |
Andaba yo rebuscando por la galería multimedia de la Moncloa y me encuentro esta joyica de hace menos de seis meses en la que nuestro Líder aparece a partir un piñón con el a la sazón mandamás libio, revestido de toda su pompa y ceremonial. Y me llama la atención la mirada arrobada de nuestro Líder ante la majestuosa figura del amo de Libia que posa cariñosamente una mano sobre su antebrazo, así como el sutil guiño de la corbata a juego con el ropaje ceremonial del anfitrión. Ver: Galería fotográfica de la Moncloa
No me atrevo a interpretar más allá tan cariñoso gesto correspondido por tan tierna mirada, ellos sabrán, aunque posiblemente nuestro Líder estaría interesado en conocer la forma de conseguirse trescientas vírgenes para su guardia personal, y Gadafi en saber cuando le iba a llegar el próximo cargamento de bombas de racimo que había encargado.
Vaya usted a saber, lo mismo hablaban del caballo que en su día el dirigente libio regaló a Aznar y que curiosamente han sacado a pasear últimamente las huestes del Líder, como muestra de la buena sintonía que mantuvieron ambos cuando Aznar gobernaba por estos lares, olvidando discretamente las buenas migas que Gadafi y Zapatero hicieron seis meses atrás, en los que se ha pasado drásticamente de las carantoñas y coqueteos, a la exclusión aérea, los bombardeos, el bloqueo naval y a la salida por piernas del país africano.
Vaya usted a saber, lo mismo hablaban del caballo que en su día el dirigente libio regaló a Aznar y que curiosamente han sacado a pasear últimamente las huestes del Líder, como muestra de la buena sintonía que mantuvieron ambos cuando Aznar gobernaba por estos lares, olvidando discretamente las buenas migas que Gadafi y Zapatero hicieron seis meses atrás, en los que se ha pasado drásticamente de las carantoñas y coqueteos, a la exclusión aérea, los bombardeos, el bloqueo naval y a la salida por piernas del país africano.
No es de extrañar que con esta política exterior, cualquier día nos sorprendan dándonos de baja en la Unión Europea, que tantos disgustos nos procura últimamente, y solicitando la admisión como estado asociado de China, dejando de ser el Faro de Occidente para convertirnos en el Faro de Oriente.
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